Un nuevo estudio publicado en la revista Nature señala que el aumento de la temperatura global afectaría la producción de bacterias digestivas en los reptiles, amenazando su superviviencia. Esto, ya que las bacterias digestivas juegan un importante rol en la digestión y el sistema inmune de las especies.

Estas conclusiones fueron el resultado de un experimento realizado por científicos de la Universidad de Exeter y la Universidad de Toulouse, quienes colocaron a lagartijas comunes –lagartijas vivíparas– en ambientes controlados similares a los naturales, donde podían alterar la temperatura ambiente. Durante el experimento, realizado en la temporada de verano, tomaron muestras de las bacterias del intestino de las lagartijas a temperatura ambiente y luego separaron a 9 poblaciones de lagartijas en 3 ambientes controlados a diferentes temperaturas: clima presente, clima intermedio (+ °C) y clima caliente (+ 3 °C), temperaturas que corresponden a las estimaciones del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) para los próximos años. 

Lagartija vivípara (Zootoca vivipara) ©Alan Shearman
Lagartija vivípara (Zootoca vivipara) ©Alan Shearman

Los resultados arrojados fueron alarmantes. Según lo que los expertos identificaron, el aumento de temperaturas influía directamente en las capacidades de supervivencia de los reptiles. «Nuestra investigación muestra que un aumento relativamente pequeño en la temperatura puede tener un gran impacto en la cantidad de bacterias digestivas presentes en los los lagartos comunes«, señaló Elvire Bestion, del Instituto del Medio ambiente y Sustentabilidad de la Universidad de Exeter en Cornwall.

Al aumentar la temperatura en 2 o 3 °C, la diversidad de bacterias digestivas se reducía en un 34% en las lagartijas vivíparas. La importancia de estos hallazgos radica en que al comprender los factores que afectan las interacciones de la flora microbiana y sus huéspedes, se podría mejorar las predicciones de la respuesta de las diversas especies al cambio climático.

«Ahora se requieren más pruebas y es muy posible que veamos efectos similares en otros ectotermos (animales de sangre fría como los reptiles y anfibios, los que dependen de fuentes externas para regular su temperatura)», añadió Bestion.

Sapito cuatro ojos (Pleurodema thaul) ©Romina Bevilacqua
Sapito cuatro ojos (Pleurodema thaul) ©Romina Bevilacqua

Tanto los reptiles como los anfibios son considerados como importantes bioindicadores de la salud y calidad de los ecosistemas, ya que son muy sensibles a las alteraciones del medio y cuentan con una limitada capacidad de desplazamiento que los obliga a mantener una estrecha vinculación con su hábitat local.

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