El trabajo es silente pero productivo en cuanto se puede, ya que los recursos no son algo que sobra. Para la agrupación Mujeres R3 (de reducir, reutilizar y reciclar), el compromiso con el reciclaje va más allá de una retribución económica. Tiene que ver con su compromiso con el medio ambiente y las futuras generaciones.

Hoy día son tres las mujeres que trabajan junto al Teatro del Lago y que transforman los lienzos en desuso, que alguna vez sirvieron para promocionar un evento, para producir carteras, columpios infantiles, bolsos y delantales que luego se venden en la misma tienda del teatro.

Teatro del Lago ©Marcos Escalier
Teatro del Lago ©Marcos Escalier

Las encargadas de transformar los residuos son Irma, Johana y Elizabeth, tres jefas de hogar que al mismo tiempo trabajan como independientes o como asesoras del hogar, pero que pese al poco tiempo disponible, siempre encuentran la forma de llegar al Centro Comunitario de la Municipalidad de Frutillar, el lugar donde se instalan a trabajar gracias al apoyo de Plades y Fundación Mustakis.

Para Elizabeth Cuevas, esta fundación “ha sido un pilar fundamental en nuestro desarrollo”. Además, ha seguido de cerca el avance de Mujeres R3. Aportó financieramente, junto a Plades, la instalación de una máquina de cocer semi industrial y la incorporación de una artista visual que trabajara con ellas en los diseños de los productos.

Cuevas ha sido quien ha estado más presente en el funcionamiento de Mujeres R3. “Han sido tres años de avances. Hoy gracias al aporte constante de Balloon Latam, que nos apoya desde hace más de un año, estamos en una etapa de formalización de nuestro proyecto, pero también de identificar nuevos clientes, sus gustos y necesidades. Nos han ayudado a abrir los ojos, ver que hay más posibilidades”, dice Elizabeth Cuevas.

Para Mujeres R3 los objetivos son claros, sumar a nuevas integrantes, encontrar un taller de trabajo que sea solo para ellas, poder contar con una nueva máquina y hacer de esto, su principal fuente laboral. Además, están trabajando en la confección de 300 nuevos bolsos para el Teatro del Lago.

“Nos gustaría poder llegar a otros puntos de venta, incluso en otras regiones, porque hacer algo por el medio ambiente es algo bueno. No tenemos que pensar solo en nosotras, sino que aún más en las generaciones que vienen”, concluye Elizabeth Cuevas.

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