Desde el 2008 hasta el 2012 tuve la suerte de vivir en Nueva York y, más aún, de realizar un Certificado de Horticultura en el Jardín Botánico de Brooklyn (BBG, por sus siglas en inglés). Aunque residía y trabajaba en Manhattan, las tardes-noches que tenía clases subía feliz al metro en dirección a Park Slope hacia ese maravilloso lugar. A diferencia del Jardín Botánico de Nueva York, el BBG es mucho más pequeño y abordable, 21 hectáreas, y se puede recorrer de una sola vez. Además, a su costado, se encuentra el Prospect Park, parque que yo disfrutaba aún más que el célebre Central Park.

©Sofía Ortúzar
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Dentro de las famosas colecciones que presenta este lugar se encuentra el Jardín Japonés, Japanese Hill-and-Pond Garden, que fue el primero de este tipo de jardines públicos en América (1915). Fue diseñado por un paisajista japonés, Takeo Shiota, y es considerado una de sus obras maestras. Imitando a los jardines de su infancia, Shiota le agregó un  estanque, puentes de madera y una flora que recrea su lugar de origen. Muy cerca de este paraíso oriental se localiza la gran explanada de cerezos, que cuenta con alrededor de 40 cultivares diferentes, lo que lo convierte en una experiencia única cuando éstos se encuentran en flor (cherry blossom) a finales de abril.

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En otro rincón de este maravilloso jardín existe una sorprendente colección de rosas, la cual está conformada por más de miles de especies y variedades diferentes, haciéndola así una de las colecciones más diversas de Estados Unidos. Este rosedal se llama Cranford Rose Garden y debe su nombre a Walter Cranford, ingeniero y constructor del metro, quien donó el dinero inicial para su levantamiento en 1927.

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Dentro de los edificios que se encuentran en el jardín botánico se destacan sus invernaderos, los cuales albergan diferentes tipos de colecciones. Steinhardt Conservatory o los Invernaderos Steinhardt se dividen en pabellones de temperatura controlada en los que se pueden observar plantas tropicales, acuáticas, desérticas y un museo de bonsáis, entre otras. Uno de estos pabellones, el Aquatic House, alberga una impresionante colección de  orquídeas, la cual se desarrolló principalmente entre los años ´50 y ´70; posteriormente, el BBG recibió grandes donaciones de estas maravillosas especies convirtiéndolo en una gran vitrina para admirarlas. En este mismo lugar, además, se encuentran diferentes tipos de plantas acuáticas, desde manglares hasta plantas carnívoras.

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El museo de bonsáis es sumamente interesante, ya que cuenta con una colección de aproximadamente 350 árboles, donde normalmente están expuestos solo 30 especímenes, y es una de las exposiciones públicas más grandes fuera de Japón. Fue inaugurado en el año 1925 y el primer maestro bonsái fue Frank Okamura, quien llegó a Nueva York como jardinero después de ser liberado de un campo de internamiento en California durante la guerra. Okamura trabajó en el BBG desde 1947 hasta 1981 y contribuyó enormemente a la difusión de la cultura japonesa en Estados Unidos.

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Por último, comentaré sobre la zona de huertos que es maravillosa. Esta comprende un área del jardín que se dejó para un nuevo huerto de hierbas, el cual fue abierto al público el 2010 y sirve como una sala de clases para aprender sobre técnicas de cultivo de huertos urbanos. En él se pueden observar el crecimiento de hierbas medicinales, hierbas para cocinar, verduras, árboles frutales y flores, entre otros. A su alrededor siempre se puede ver gente interesada en el cultivo sustentable de frutas y verduras, por lo que es un gran ejemplo de aprendizaje para la comunidad.

Toda la información la puedes encontrar en inglés en sitio web del BBG.

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